Mi primer sextoy

Las primeras veces…

Las primeras veces rara vez se olvidan…

Por muy malas que hayan sido, casi siempre tienen ese punto anecdótico que las hace memorables, dignas de ser contadas y de abrir paso a nuevas historias ✨

Mi primer sextoy surge de una discusión amorosa. Todo lo “malo” siempre tiene un lado positivo, y esta no fue la excepción, porque de esa discordia llegó a mis manos ese curioso objeto.

No sé si crean que las cosas tienen cierta energía, o si soy yo quien las carga de ella. La manera en que llegó fue igual de abrupta y repentina que la forma en que se fue. Llegó de un desacuerdo, de una discusión, tal vez no fue la mejor manera (energética) de obtenerlo… pero llegó a mi vida. Y entre las muchas otras satisfacciones que me ha dado, hoy me da la de contar su historia.

Un regalo, un inicio

Como conté en otra entrada, trabajé durante un tiempo en una sexshop; en muchas ocasiones, mi poco sueldo quería destinarlo a uno de esos artilugios. En ese entonces había una colección de Alicia en el país de las maravillas, y aquel conejito llamaba mi atención.

Al final, aunque estuve rodeada de productos, recomendaciones y curiosidades… por una u otra razón, nunca me hice de ninguno.

Así que, tiempo después, en medio del drama y la reconciliación, llegó a mí mi primer juguete; un succionador rosa que parecía más un limpiador facial que otra cosa.

Todo muy aesthetic, limpio, discreto, “femenino” y, por supuesto, sin parecer “vulgar”.
Para ser mi primer juguete, pues ni tan mal. Eso sí, más tarde, con la experiencia —porque, obviamente, llegaron más— me di cuenta de que tenía ciertos detalles a mejorar…

Ahora cuento esta historia, sobre todo para quitar el peso, el miedo y el juicio que pudiese existir alrededor de tener un sextoy.

¿Por qué cuesta tanto dar el paso?

Creo que existe una especie de recelo, de vergüenza, o es esa vocecita que nos cuestiona sobre el tema. «¿necesito esto?»

Quizá porque, desde pequeñas, no nos enseñan sobre el placer. El propósito final parece ser la reproducción. Todo lo demás… pareciera innecesario.

Para mi, ahora un juguete erótico no es solo un objeto. Es un acto de autonomía y de rebelión ante esa educación tradicional.

“Mi cuerpo es mío, y lo disfruto como yo elija.”

Si lo piensas, pasamos de las muñecas, los carritos y las cocinitas… a la adultez, con todo lo que eso implica.  ¿Acaso no sería el paso lógico los juguetes para adultos?

Si el juego fue parte de nuestro aprendizaje, ¿por qué no llevarlo también al terreno del placer?

Juguetes que enseñan

Nuestro primer acercamiento al mundo es a través del juego. Para mí, esto no es tan diferente a esos primeros juguetes que incitaban nuestra creatividad.

Los sextoys son herramientas de autoconocimiento y una forma lúdica de explorar el cuerpo.

Al principio, algunos nos parecen demasiado —demasiado grandes, demasiado realistas, demasiado grotescos, demasiado… ¡juguetones!— y podemos caer en el juicio de «¿En serio alguien usa esto?»

Pero justo ahí está la magia. El juego como territorio libre de juicios, donde el error es parte del aprendizaje y la curiosidad, la mejor maestra.

Los hay discretos, extravagantes, con forma de alienígena o de obra de arte moderna, de muchas variedades, colores, texturas y tamaños. Pero lo importante no es su apariencia, sino lo que podemos descubrir al usarlos. ¡Mi cuerpo, mi placer!

En este espacio, la única regla es probar, reír y, si algo no funciona, elegir otra opción con la misma naturalidad con la que en la juguetería escogíamos la nueva muñeca o cochecito o el set de Lego. 

La vida ya es suficientemente seria como para que el placer también lo sea. ¿Por qué no empezar a jugar?

Debut y despedida

Pero, como todo primer amor, tuvo su final. Murió como vivió, ¡dramáticamente!

La relación se acabó… y el juguete, fiel a su origen conflictivo, decidió acompañarle en su viaje al más allá (electrónico, en este caso).

Los finales, a veces, son solo la excusa perfecta para estrenar nuevos juguetes y empezar nuevos capítulos.

Foto de una mujer sosteniendo un juguete erótico
Foto en la EroSpain 2024

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4 comentarios

  1. Me encanta leer esto.
    Definitivamente es un tema donde a veces es complicado tanto de hacerlo solo por la “pena” o “vergüenza” de adquirir uno o a veces en pareja.
    Pero definitivamente es algo que creo que todxs debemos probar justo para conocernos más, experimentar y divertirse.

    1. ¡Me alegra muchísimo que resonaras con esto! 💖 Justo como dices, a veces la vergüenza o los prejuicios nos frenan, pero qué bonito es romper con eso para explorar, reírse y conectar. Gracias por compartir tus palabras ✨

  2. ¡Qué delicioso texto!
    Divertido, educativo, clarificador y sobre todo MOTIVADOR.
    Me alientas a retomar el imperio de mi corporalidad y a elegir seguir disfrutando de la vida en to-dos sus aspectos 😉

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