Club61: un refugio clandestino para los inconformistas

Un secreto en el corazón de Barcelona que invita a rebelarte
Lo encontré por casualidad, pero de esas casualidades que parecen guiños del destino. Esos pequeños secretos que se esconden a simple vista, como si esperaran a que alguien con hambre y no solo de comida los descubriera.
Así fue como llegué a Club61, un espacio que aparece casi de la nada en Google Maps, con apenas una carta discreta y el mensaje: “Adults only.” Eso, por supuesto, despertó mi curiosidad. Le di clic… y el resto es historia.
O mejor dicho, una historia dentro de otra historia.
Un lugar con memoria secreta
Y por qué digo despertar la rebeldía… Porque este lugar, más que un bar, es un homenaje a los inconformistas. A los que van contra corriente. A los que, en lugar de esconderse, se esconden bien.
Club61 no siempre fue lo que es. En su carta de cócteles se lee información de lo que fue en otro tiempo este lugar. En 1911, aquí había una ferretería. Imagínatelo: estanterías de madera, clavos, herramientas, etc. Pero durante la Guerra Civil española, el lugar se transformó en algo más: un comedor clandestino, un refugio. Un secreto bien guardado.
Ese pasado no es solo un dato, de alguna manera se siente. En la forma en que entras, como si fueras cómplice, en las luces tenues, en la música que acompaña al espíritu y que te transporta a otro mundo.
Un espacio que parece decir: “shhh… no se lo cuentes a nadie.”
Cruzar el umbral: la entrada al otro lado
Entrar en Club61 no es simplemente cruzar una puerta. Hay que atravesar un restaurante, caminar como si fueras al lavabo, bajar unas escaleras… y ahí, como en un rito íntimo, alguien te espera para llevarte al otro lado.
Y sí, hay otro lado.
Un sótano con alma de cabaret elegante y secreto. Iluminación roja, ambiente sensual, decoración ecléctica y un aire vintage. Ese día había música en vivo.
Un ambiente muy sugerente 👌
La carta: más coctelería que banquete
Esto es lo que pedí:

- Pan de coca con tomate de colgar: clásico, sin falla. Perfecto para abrir boca y rebañar con gusto.
- Ensalada de brotes tiernos, pera asada, queso azul y nueces: me ha faltado el carácter del queso azul. Esos sabores intensos que estallan en el paladar
- Albóndigas con sepia y trompetas de la muerte: una buena mezcla de texturas, aunque, las trompetas brillaron por su ausencia.
- Pata de pulpo con patata asada y alioli de azafrán asado: me encanta el pulpo y lo disfruto siempre… pero aquí se pasaron con la sal. Una pena, porque lo demás estaba en su punto.
La carta es corta, precisa, sin muchas florituras. Y si lo tuyo es la variedad, tal vez eches en falta más opciones.
La joya del lugar: sus cócteles
La carta de cócteles, inspirada en la estética de Los Intocables, la época de la Ley Seca, el jazz y la clandestinidad. Cada trago parece tener una historia detrás.
¿Para quién es este lugar?
Solo para adultos. Y no por algo explícito, sino por lo sugerente.
Es perfecto para:
- Una cita donde quieras jugar con la insinuación.
- Amigos con ganas un ánimos de hacer planes secretos.

Información práctica
- Dirección: Ronda de Sant Pere, 74, bajos, Eixample, 08010 Barcelona
- Reserva previa: recomendable
- Acceso: fácil desde el centro, bien conectado
- Web: club61barcelona.com
Por los rebeldes!
Escribo sobre esta experiencia simplemente por el gozo que me produce comer, por el placer que hay en dejarse llevar por el ambiente, los detalles y las ganas de celebrar la vida a través de los sentidos.
Y aunque hay mejoras por hacer en lo gastronómico, la experiencia fue placentera y estimulante.
Si te interesa este tipo de vivencias, te invito a leer también Del arte de comer, donde exploro cómo el placer de la mesa puede ser una forma de expresión, de sensualidad y de presencia.
